NICOLAS BRAVO
Nació en Chilpancingo, en el actual estado de Guerrero. Después de sus primeros estudios se dedicó a la agricultura en la hacienda de Chichihualco, propiedad de su familia. Al iniciarse el movimiento insurgente mostró, al igual que sus familiares, simpatías por la emancipación política de México.
El hecho de que no levantara tropas contra los insurgentes, como en otras haciendas, le ocasionó molestias de las autoridades virreinales. En mayo de 1811 se unió a las fuerzas de Hermenegildo Galeana, cuando éste, mandando la vanguardia de la fuerza de Morelos, fue a atacar a Chichihualco. Concurrió Bravo a las varias acciones dadas por Morelos en el sur, y en el sitio de Cuautla se destacó por su valor. Después fue nombrado comandante militar de la Provincia de Veracruz.
En la acción del Palmar derrotó al realista Juan Labaqui. En ese lugar recibió la noticia de la prisión y ajusticiamiento de su padre, don Leonardo. Dispuso que los 300 prisioneros del Palmar se presentaran ante sus tropas formadas. Les hizo conocer entonces el hecho, interrogándoles qué debía hacer con ellos. Rompió el silencio que allí reinaba con las palabras: "Quedáis en libertad."
Retirado a su hacienda en 1816, fue aprehendido en 1817 y permaneció encarcelado con grilletes en los pies, hasta su liberación en octubre de 1820. Radicado en Cuernavaca, Bravo se unió al Plan de Iguala, y con una fuerte brigada se presentó en Puebla, sitiada por Iturbide, que le concedió el grado de coronel. Más tarde el Congreso Constituyente le eligió consejero de estado en la Segunda Regencia, de abril a mediados de mayo de 1822.
Partidario del sistema republicano, y en lucha tenaz contra los partidarios del Imperio, organizó en Chilapa, junto con Vicente Guerrero, una fuerza que el brigadier Armijo derrotó en Almolonga (entre Chilapa y Tixtla).
Estableció contacto con Antonio León que se había levantado en armas en Huajuapan contra el Imperio, y en Oaxaca, constituyeron una Junta de Gobierno. De allí se trasladó a Puebla entrando después en la capital del país con la división llamada "Ejército Libertador". Destronado Iturbide, el ex emperador le confió la seguridad de su persona y la de su familia, hasta salir del territorio nacional.
Decretado por el Congreso en 31 de mayo de 1823 el cese del Poder Ejecutivo que gobernó a la nación desde 19 de mayo de 1822, nombró al que debía sucederle, compuesto por tres individuos, y que cesó el 1 de octubre de 1824, al tomar posesión el presidente Guadalupe Victoria.
Influyente en las logias escocesas, sostuvo con las armas a Manuel Gómez Pedraza contra Vicente Guerrero, su antiguo compañero. Atacado por éste en Tulancingo, Bravo fue hecho prisionero, y sometido a un Gran Jurado. Debió exiliarse a Guayaquil, en Ecuador, de donde regresó amnistiado en 1829.
Volvió a tomar las armas en contra de Guerrero y Álvarez, ocupando la plaza y castillo de Acapulco. Caído el gobierno de Guerrero por el Plan de Zavaleta, pretendió la presidencia y, disuadido por Antonio López de Santa Anna, aceptó el mando del Ejército del Norte hasta 1836, retirándose a Chilpancingo después de los sucesos de Texas.
En 1839 figuró como presidente del Consejo, y al separarse de la presidencia Santa Anna, entró a desempeñarla Bravo como interino desde el 10 de julio de 1839 al 19 del mismo mes y año. Electo diputado en 1841 por el Estado de México, Santa-Anna le nombró presidente sustituto por decreto del 10 de octubre de 1842.
Prestó juramento ante el Consejo de Representantes de los Departamentos y tomó posesión de la presidencia en 26 del mismo mes. Gobernó hasta el 4 de mayo de 1843. Otra vez ocupó la presidencia de la República, en virtud de la licencia concedida al general Mariano Paredes para mandar al ejército, en decreto de 20 de junio de 1846. Bravo tomó posesión en 28 de julio de ese mismo año.
La revolución proclamada en la Ciudadela en la madrugada del 4 del siguiente agosto, puso fin a su corta administración. En 1847 se le nombró comandante general de Puebla y después jefe de la línea del sur de la capital. Estuvo en la defensa de Chapultepec, donde el 13 de septiembre fue hecho prisionero. Las versiones alrededor de este episodio en la vida de Bravo fueron objeto de acerbos comentarios y lesionaron su reputación de militar, obligándole a desaparecer definitivamente de la escena nacional.
Retirado en Chilpancingo, vino la revolución de Ayutla y, al parecer, invitado a participar en el movimiento, no aceptó; primero, por ser la revolución contraria a sus ideas; segundo por sus enfermedades. Al morir poco después, se dijo que tanto él como su esposa, muertos el mismo día y con intervalo de horas, habían sido envenenados.
En la época se ligó ese rumor con el fusilamiento, en la Isla de Caballos, de un médico apellidado Avilés, considerado como el que proporcionó el veneno al matrimonio. Declarado Bravo desde 1823 Benemérito de la Patria, el gobierno de Guerrero le dedicó un monumento en la ciudad de Chilpancingo, su ciudad natal.
Fuente: Diccionario Porrúa de Historia Biografía y Geografía de México
Cortesía de Editorial Porrúa Hermanos, S.A. de C.V.
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